Cómo hacer del kimono una prenda fetiche PUNTO Y APARTE

  • Por:karen-millen

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11/2022

Valeria, Jimena, Ágata, Regina o Julieta no son solo nombres de mujer. También son piezas casi únicas, especiales, cuidadas al detalle, tanto en el momento de elegir sus telas como en el de dar la última puntada. Son los kimonos de Bea de Rioja, diseñadora de Vilviestre del Pinar, que ha hecho de esta prenda de origen japonés su seña de identidad. «Es una pieza muy versátil, sirve tanto para ir más arreglada como informal y sienta bien a casi todo tipo de cuerpos», comenta esta emprendedora, que hace dos años decidió dejar su trabajo en el sector del marketing para dedicarse en cuerpo y alma a su sueño, desarrollar su marca personal, que ya había registrado en el 2018.

Las agujas, los hilos y los patrones siempre han estado muy presentes en su vida, desde niña. «Mi madre me hacía mucha ropa y también para mis barbies», recuerda Beatriz, que envuelta en la vorágine de estudios y trabajo (estudió la licenciatura de Publicidad y Relaciones Públicas) fue relegando la moda, aunque siempre estuvo latente en ella. «Desde pequeña pedía a mi madre que me hiciera alguna prenda que se me antojaba y que no encontraba en las tiendas, hasta que un día me pregunté que por qué no aprendía yo misma a hacerlo».

Fue así como decidió compaginar en el 2017 su trabajo como responsable de marketing en una empresa de Palma de Mallorca (donde ha vivido más de una década) con el diseño, y bastó una llamada de teléfono a su madre para que esta se ilusionara con el proyecto y le regalara dos máquinas de coser. De hecho, ella ha sido su auténtica maestra, literal. «Grababa tutoriales con el móvil mientras cosía y luego me los enviaba. Hasta se compró un trípode para poderlo hacer bien. Ella siempre me ha animado mucho, y claro, eso me motivaba el triple para seguir», recuerda entre risas la diseñadora, que por entonces también estudió cursos de patronaje y diseño de moda, y comenzó de lleno a coser sus kimonos, su prenda fetiche. «Empecé en el diseño por ellos. Siempre ha sido una prenda que me ha gustado mucho por su versatilidad y opciones, porque sienta bien y porque es muy ponible. Hace unos años era más difícil encontrarlos en las tiendas, y decidí que por todos estos motivos, tenía que hacerlos, sí o sí».

Así comenzó a elaborar su patrón, a buscar telas y a coser. Ahora su colección la forman diferentes kimonos: de fiesta, con flecos o de un corte más sencillo, pero todos ellos con la esencia de Bea de Rioja. De cada modelo, hace unidades limitadas, 1 ó 2 piezas de cada uno, como mucho 3 ó 4 de algún modelo en concreto, por lo que son productos, además de artesanales, prácticamente únicos. Para poder adquirirlos basta ponerse en contacto con Beatriz a través de su página web o de las redes sociales: Instagram, Facebook o Twitter. «También trabajo bajo pedido, hay personas que me los piden a medida, o con un estampado en concreto para que les puedan combinar, por ejemplo, con algún vestido de fiesta». Algunos beach club de Mallorca también han sido punto de venta durante el verano, y a ellos volverá también el próximo estío porque es un espacio donde tienen buena acogida por su exclusividad.

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Bea de Rioja diseña las prendas que a ella le gustan, que ella misma se pondría, y entre sus creaciones también hay diferentes modelos de faldas. «En este caso la inspiración me vino a través de una tela, la vi y me la imaginé en una falda así», afirma la diseñadora, que también crea bolsos de piel de colores y con diferentes estampados. La joven, que viste habitualmente prendas que ella misma se confecciona, se encuentra ahora inmersa en el desarrollo de su próxima colección. «Será de otra prenda muy ponible», comenta entre risas la joven sin querer desvelar más, que asegura que como los kimonos también se tratará de piezas especiales y diferentes. «Estoy haciendo pruebas y creo que en breve estarán listos».

Y aunque sus kimonos lleven nombre de mujer, ella no los quiere encasillar solo en ellas, aunque considere que es una prenda muy femenina. «El pedido que más me ha sorprendido me lo hizo un chico. Me encargó tres y en este caso se los tuve que hacer un patrón a medida, porque era alto y fuerte para las tallas en las que suelen estar elaborados», confirma Beatriz, para la que para el posicionamiento de la marca en internet requiere mucho tiempo. «Para darle visibilidad hay que dedicar mucho tiempo a crear contenido y subirlo, y es tiempo que no se destina para coser».

Pero ella ahí sigue, dando vida a sus kimonos, con lo que todo empezó. «Son mi ilusión, voy a continuar con ellos y trabajando para posicionar mi marca donde me gustaría», comenta la joven, a la que le gustaría poder vestir «a cualquier persona que tenga ganas de sentirse única y verse guapa con una prenda especial, de marcar la diferencia con su propio estilo». Según la diseñadora, cada personalidad va bien con un estilo de ropa, «en cambio, un kimono de Bea de Rioja es perfecto para todos los estilos, ya que, para ello, busco la mejor opción en cada kimono para cada cliente. Es muy gratificante la cara de felicidad de quien me hace un encargo al ver el resultado y vestir una de mis prendas», concluye.

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