Mario Gómez: “Siempre hará falta un delantero clásico”

En 2009 rompió la banca alemana al convertirse en el fichaje más caro en la Bundesliga, los 30 millones que pagó el Bayern al Stuttgart. Y, aunque siempre figuró en las categorías inferiores de la Mannschaft, fue entonces cuando Mario Gómez (Riedlingen, Alemania; 35 años) se atornilló en la punta de ataque de Joachim Löw. Delantero centro clásico, de esos que se hacen hueco y un nombre en el área rival, colgó las botas hace tres temporadas. No le hubiera ido mal a Alemania en su estreno ante Francia, escasa de remate (1-0). Súper Mario, junto a Jürgen Klinsmann, máximo goleador alemán en Eurocopas con cinco tantos cada uno, atiende a EL PAÍS a través del correo electrónico.

Pregunta. Ahora que ya no juega, ¿echa de menos participar de una gran cita o disfrutar de la sensación de marcar?

Respuesta. Ni lo uno ni lo otro. A lo largo de mi carrera lo he vivido todo con mucha intensidad y siendo muy consciente de lo que hacía. Fue una época maravillosa, un sueño con sus altibajos. Pero la vida siempre es así; un capítulo se cierra, pero otro nuevo empieza. Y tenía muchas ganas de que llegase este capítulo, sobre todo pasar tiempo con mi familia. Ahora, veo los partidos tranquilamente con ellos y mis amigos. Son noches muy agradables.

P. ¿Ha dejado atrás su condición de Súper Mario?

R. Un apelativo como ese no es algo que uno mismo se otorgue y luego abandone, sino que te lo ponen desde fuera. De vez en cuando todavía oigo: “¡Hola, Súper Mario!” o “¡Torero!”. Entonces, no puedo evitar sonreír con orgullo.

P. Quizá se acuerdan más de usted porque ya no hay tantos delanteros de su especie, de esos que se hacían grandes en el área y remataban más que participaban del juego…

R. Es que los puntas que se dedican a cabecear los balones que les llegan ya son poco frecuentes. Pero el fútbol está sujeto a cambios constantes y ocurre un poco como con la ropa, que todo vuelve en algún momento y se pone de moda. Hubo una época en la que me hacían preguntas parecidas, cuando el falso nueve era el no va más. Pero si nos fijamos en anteriores partidos de la Eurocopa, vemos, por ejemplo, que Lukaku, Weghorst y Yaremchuk eran jugadores que se acercaban mucho a la idea del delantero puro. En pocas palabras, creo que en el fútbol siempre hará falta un delantero clásico.

P. Pues en Alemania, Werner y Volland, los puntas, pueden ser utilizados como extremos...

R. Y no nos olvidemos de Gnabry. Él es un delantero absoluto. En Alemania ya se ha debatido si falta un delantero clásico. Pero a veces es más sencillo. Cuando veo las asistencias de Gnabry, Werner y Volland en la última temporada con sus clubes, tengo que decir que Alemania tiene muy buenas opciones para esa posición. Además, hay otros atacantes muy peligrosos para el guardameta contrario, como Thomas Müller o Leroy Sane. No creo que la selección tenga que preocuparse por los lanzamientos a puerta.

P. Quizá sí se tiene que preocupar Löw, después de caer ante Francia. ¿No cree que es un peligro para Alemania que se sepa que el entrenador dejará el equipo tras la Eurocopa?

R. Conozco a casi todos los del equipo y, por supuesto, al seleccionador. No veo el peligro. En este equipo hay chicos fantásticos que quieren llegar a lo más alto. Estoy convencido de que no supone ninguna desventaja.

P. Han sido 15 años de Löw en el banquillo alemán…

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— Rodericka Applewhaite 🛣 Tue Apr 13 12:33:35 +0000 2021

R. Mi seleccionador durante toda mi carrera. Sin él, Alemania pierde a un excelente técnico que ha marcado una era. Eso es algo que solo se consigue cuestionándose y reinventándose constantemente, enfrentándose a la realidad del fútbol y a su evolución, además de creciendo con ella. Es un gran entrenador que ha conseguido muchas cosas, con resultados increíbles en los grandes campeonatos.

P. Aunque a usted le faltó ganar la Eurocopa con Alemania...

R. Pero por poco. Aun así, hay que decir que en 2008, los españoles fueron superiores a nosotros en la final de la Euro y se convirtieron merecidamente en campeones. Contra Italia en 2012, y sobre todo en 2016 contra Francia, nos castigó que tuviéramos varios jugadores lesionados, también algún sancionado. Y la diferencia fue estrecha. A ese nivel, los pequeños detalles son realmente decisivos.

P. Esos que llevaron a Alemania a ganar el Mundial de 2014. ¿Le dio rabia perdérselo?

R. Tuve una conversación muy provechosa con el seleccionador nacional y entendí y acepté su decisión. Podría haberla puesto en duda si me hubiera recuperado a tiempo de mi lesión, pero Löw solo quería jugadores que estuviesen en plena forma. Era totalmente comprensible. Ante todo, me alegré de que ganaran el título, por los chicos y también por Alemania. Al mismo tiempo, también me di cuenta de lo mucho que se echa de menos jugar para tu país. Cuando, más adelante, participé en los campeonatos de 2016 y 2018, lo aprecié aún más.

P. ¿Alemania sigue siendo favorita en este torneo?

R. Veremos.

P. ¿Quién debe liderar la selección alemana?

R. Este equipo tiene muchos líderes. Como Neuer, Müller, Kroos, Hummels… Son jugadores que lo han vivido y lo han ganado absolutamente todo. Pero dependerá principalmente de hombres como Joshua Kimmich, que aportan al equipo una ambición completamente nueva. Kimmich es una figura excepcional en el Bayern y en la selección; sus actuaciones, junto con su mentalidad y su actitud, lo convierten en un jugador que puede marcar la diferencia en cada partido. Ya sea directamente a través de una acción o mejorando el rendimiento de los demás.

P. ¿No le gustaría ver a Ter Stegen —decidió operarse la rodilla derecha para llegar a la pretemporada con el Barça— en un gran torneo?

R. Marc es un portero excelente y un jugador de equipo absoluto. Pero por desgracia para él, Alemania tiene en la portería a Manuel Neuer, uno de los guardametas más sobresalientes de los últimos tiempos. Y, como Ter Stegen, insuperable.

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