La obsesión del mundo de la moda por el océano no es solo una tendencia, es una llamada a la acción

  • Por:karen-millen

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03/2022

TENDENCIASEl fondo del mar es, para diseñadores como Riccardo Tisci y Donatella Versace, muchas cosas a la vez: un refugio, una vía de escape, una fuente de nuevos recursos y un modo de enfrentarse a un futuro incierto

Por Rosalind Jana

Las estrellas de mar carecen de cerebro, no tienen sangre, y tienen los ojos en los extremos de sus puntas. Aunque existen más de 2.000 especies distintas, son en su mayoría criaturas solitarias, que se pasan la vida arrastrándose por el suelo marino, comiendo lo que se encuentran por el camino. Para hacerlo, pueden expulsar su estómago de su cuerpo y así consiguen digerir almejas, mejillones, ostras y otros animales. Algunas parecen estar hechas de perlas, otras son puntiagudas, otras tienen lunares y hay algunas que son de colores chillones: azul celeste, rosa chicle, naranja o morado. Son criaturas tan asombrosas que no es de extrañar que el mundo de la moda las adore.

Estos equinodermos tan llamativos protagonizaron, junto a otros motivos marinos, el desfile de Versace para la primavera-verano 2021. Tanto estampadas como en forma de joyas, las estrellas de mar decoraban los minivestidos y los blazers de las modelos, que llevaban peinados con efecto mojado. No era la primera vez que Versace se sumergía en las profundidades del océano. De hecho, el desfile era un homenaje directo a la colección Trésor de la Mer que lanzó Gianni Versace en 1992, protagonizada también por una serie de llamativas criaturas marinas.

Los tesoros del océano siempre han sido una fuente de ideas para los diseñadores: conchas, redes de pesca, tiburones, olas, arrecifes, algas, corales, criaturas de todo tipo… El potencial estético y simbólico del mar es muy amplio. A veces, la inspiración es directa y evidente. Los pliegues de una vieira y las transparencias de una medusa pueden replicarse a la perfección en patrones y siluetas de tela para confeccionar prendas con un aire parecido y que se muevan de forma similar. El mar es inmenso, inescrutable, volátil, da vida y la quita; es un escenario muy atractivo para mitos y relatos, y nos invita a especular con cómo será la vida bajo la superficie.

Sus historias y su estética romántica se mezclan con temas más existenciales

La colección de primavera-verano 2010 de Alexander McQueen, que el diseñador presentó antes de su prematura muerte en febrero de 2010, se titulaba La Atlántida de Platón, en referencia a la isla hundida ficticia que creó el filósofo griego. El desfile representaba un futuro apocalíptico en el que el cambio climático había derretido los casquetes polares, haciendo que el nivel del mar subiese, y las modelos de McQueen encarnaban todo el proceso de adaptación: iban vestidas de inquietantes híbridos entre animales y humanos, que se transformaban lentamente en criaturas capaces de sobrevivir en un futuro líquido gracias a sus branquias y escamas.

La obsesión del mundo de la moda por el océano no es solo una tendencia, es una llamada a la acción

Más de una década después, las preocupaciones de McQueen siguen vigentes. Las influencias marinas han vuelto a las pasarelas, y con ellas surge la dicotomía entre quienes ven el mar como un espectáculo imaginativo y aquellos en quienes despierta inquietudes distópicas. En el primer grupo podríamos colocar a Simone Rocha, con su particular uso de las perlas, a menudo surrealista, y sus referencias continuas a historias marinas (su colección de otoño-invierno 2020, inspirada en las islas Aran, hablaba de la pérdida y el bautismo del mar).

Más recientemente, en las colecciones de primavera-verano 2021 de Rixo y 16Arlington, las sirenas estuvieron muy presentes: la primera utilizó estampados de mujeres con cola y la segunda, bolsos de ostra que podrían llevar perfectamente estas habitantes subacuáticas.

Las sirenas son otro de los motivos marinos de los que más ha bebido la moda, ya sea con un estilo más caricaturesco o como representación de una seducción letal. Cuando aparecieron en el desfile de Burberry de primavera-verano 2021, el director creativo Riccardo Tisci las utilizó para conjurar "la aventura amorosa entre una sirena y un tiburón, ambientada en el océano y llevada luego a tierra”. Una paleta de azules oceánicos impregnaba las camisas anchas, las gabardinas de varios tejidos y las altísimas botas de goma brillante, y también pudimos ver detalles más literales en forma de redes de pesca. “El agua es un símbolo de [...] renovación, frescura y limpieza”, explicó Tisci. Pero el vídeo de presentación de la colección tenía connotaciones más siniestras: las modelos desfilaban por el bosque acompañadas por un grupo de hombres trajeados con gafas de sol, cuya silenciosa presencia simbolizaba, quizá, el acecho de un banco de tiburones.

Las reimaginaciones marinas más oscuras nacen habitualmente del miedo. Algunos de estos miedos son inmediatos (el pánico a lo que no se puede ver, a los peligros que aguardan entre las olas), mientras que otros tienen más que ver con preguntas sobre el futuro del mar y, por tanto, del nuestro.

Una de las diseñadoras que mejor puede indagar en estos miedos es Marine Serre. El enfoque de la diseñadora francesa es a la vez práctico y visionario, en sintonía con una posible devastación medioambiental. Su estética evoca un mundo futurista en el que la ropa que nos ponemos es más bien una armadura, mientras que su proceso creativo prioriza los tejidos reciclados y los materiales fáciles de encontrar, combinándolos con objetos inesperados, como desechos marinos. Los accesorios de Serre están hechos de conchas, perlas de imitación y trozos de madera y latas de refresco que han sido arrastrados a la orilla.

¿Puede la afinidad entre la moda y el mar motivar a la industria a ser más limpia?

Serra es solo una de los varios diseñadores —cada vez son más— que utilizan tejidos hechos a partir de botellas de plástico recuperadas del océano. Nadie sabe con exactitud cómo de contaminados están nuestros mares, pero un estudio de 2015 apunta a que ya hay más de 150 millones de toneladas de plástico acumulado en el océano y estima que, si no se toman medidas drásticas, esa cifra se triplicará para 2040.

Desde su creación en 2017, la marca de moda masculina Botter ha hecho de la protección del medio ambiente una prioridad. El desfile de otoño-invierno 2021 del dúo holandés venía acompañado de un manifiesto que avisaba de que “sin el mar, no puede haber seres humanos”. Los trajes anchos y largos de su colección estaban adornados por instrumentos de pesca, cuellos de buzo y cazadoras hechas de plástico del océano. Y reutilizar estos materiales en sus diseños no es la única medida que ha tomado la marca; Botter también anunció que ha puesto en marcha un vivero de corales en Curazao, una isla del Caribe.

Incluso la alta costura se ha involucrado en la causa y ha sido, inevitablemente, la siempre innovadora Iris van Herpen quien ha llevado el peso del cambio. Tras su colección Sensory Seas del año pasado, en la que exploraba la relación entre los organismos marinos y el sistema nervioso humano, su colección de alta costura más reciente para la primavera-verano de 2021 se inspiraba en el océano de manera distinta: la diseñadora holandesa se alió con la campaña ecologista Parley for the Oceans (en español, “Discusión sobre los océanos”) para lanzar un vestido hecho con un mosaico de plástico reciclado. Tal y como contó Herpen a Vogue, “ya no hay razón para no utilizar materiales sostenibles, solo hay que cambiar de forma de pensar”.

Ahora mismo, el mar ofrece opciones opuestas a los diseñadores. Está lleno de mitos y misterios, tesoros enterrados y maravillas biológicas. Puede ser un escenario de libertad y fantasía, lo cual se agradece en estos momentos, pero también encapsula la capacidad de destrucción del ser humano y la oportunidad que tenemos de innovar. Este enfoque más oscuro y centrado en el futuro parece estar extendiéndose, si nos fijamos por ejemplo en la colección de otoño-invierno 2021 de Matty Bovan. El diseñador, siempre a la vanguardia, describió el mar como un lugar “aterrador e increíble” durante una presentación en la que imaginaba el caos provocado por un naufragio y evocaba imágenes perturbadoras de desastres naturales.

Como el propio océano, inconstante y cambiante, la moda de inspiración marina nos sigue ofreciendo muchas cosas al mismo tiempo. Es a la vez un refugio, una vía de escape, una fuente de recursos y una inspiración distópica con la que enfrentarse a un futuro incierto.

Camisetas de rayas, el básico por el que vamos a apostar en primavera 2021

15 Fotos

Por Tatiana Ojea

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La obsesión del mundo de la moda por el océano no es solo una tendencia, es una llamada a la acción
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  • que ropa esta de moda primavera 2015

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