Niños posando junto a los Reyes Magos a finales de los años sesenta. Cortesía Jorge Rocafort.
Texto: Ruth Gómez y Carlos Villasana
En los últimos años se ha desarrollado un fenómeno que concierne a grandes y chicos: el coleccionismo por los juguetes. Si bien, la gran mayoría de niños y niñas no piensa dos veces antes de abrir una caja que contiene un juguete, existen aquellos que por intereses propios o por replicar lo que hacen su papá o mamá, empieza a guardarlos como si fueran un tesoro.
Compara el antes y después de la magia de los juguetes deslizando la barra central (clic aquí para ver más grande).
Un niño posando con su clásico automóvil a inicios del siglo XX. Hoy en día, sigue siendo común ver a niños y niñas conduciendo o jugando con automóviles de juguete en diversas calles de la capital. Colección Carlos Villasana. Décadas después, la moda y el diseño de los juguetes evolucionan en robots o biciletas de tamaño adecuado para los pequeños, pero la forma en que los niños sostienen sus juguetes bajo el brazo se mantiene a través de épocas enteras. Cortesía.
Este auge es un hecho por todo el mundo y en la capital del país, cada vez son más los espacios donde aficionados a los juguetes acuden a comprar, intercambiar o vender piezas de muñecos con los que podrían tener un vínculo emocional, simplemente el gusto o una esperanza de que, en el futuro, se convierta en una inversión que podría traerle dinero.
Mochilazo en el tiempo platicó con dos coleccionistas para que nos expliquen el porqué de este encanto. Para Laura Cruz Serrano, de la Casa Museo Mercy Toys, los juguetes son objetos que permiten “viajar a otros mundos de fantasía, a etapas de sueños e imaginación pura”.
En la Casa Museo Mercy Toys es posible encontrar muchos mundos de fantasía y ficción populares entre el público. Un ejemplo son estas figuras inspiradas en la serie de televisión Batman, emitida en la década de los años 60s. Cortesía Laura Cruz Serrano.
Comenta que los muñecos permiten tener de vuelta ciertas sensaciones de cuando se era niño o niña, como la llegada de los Reyes Magos. Ese día estaba garantizado que se cumplirían algunos deseos ya que, si los niños se portaban bien, los tendrían en sus manos en forma de juguete.
"Pórtate bien, porque si no, los Reyes no te van a traer sus regalos", es una frase que las niñas y niños de todo México han escuchado en su infancia. La oportunidad de tener un nuevo acompañante para juegos y aventuras y la inocencia de los más jóvenes hacen gala en fechas como Día de Reyes. Colección Carlos Villasana.
Esa mezcla de satisfacción y alegría, se transformaría en nostalgia con el paso de los años; una de las razones a las que Laura atribuye el crecimiento del coleccionismo de juguetes:
“La nostalgia del pasado, el recuerdo de nuestra infancia, el poder asombrarnos al ver ese juguete que creímos desaparecido, y de repente lo vuelves a ver y a tener en tus manos, es un verdadero flashback, y un remolino de sensaciones”.
Parte de la magia de los juguetes está en la oportunidad de apropiarse de las más asombrosas experiencias de la historia humana. En la época de la carrera espacial, los juguetes de temáticos, como astronautas y cohetes, eran un éxito. Así se ve en este anuncio de Ledy en EL UNIVERSAL, en que la tienda prometía una “rosca de Reyes” en compras mayores a $50 de aquel entonces. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Por otro lado, están aquellos coleccionistas que en su infancia no tuvieron la oportunidad de tener los juguetes que deseaban y ahora, en edades más adultas, pueden comprarlos y experimentar la alegría que no vivieron cuando eran pequeños.
En su espacio digital de Instagram, Mercy Toys da a concer juguetes llenos de nostalgia, como este conjunto en que "la Pequeña Lulú" disfruta una comida con sus amigos Tobi, Periquita y Tino. Cortesía Laura Cruz Serrano.
De acuerdo con Laura, algunos de los juguetes que eran preferidos por niños y niñas en los setenta eran:
“Los juguetes de la extinta compañía mexicana Lilí Ledy, recuerdo la muñeca caminadora, que caminaba al tomarla de la mano; la muñeca Tittí que arrullaba a su bebé; la muñeca de pilas que cantaba con un disco en su espalda la canción de bossa nova Un pato, esa la tuve… el hornito mágico; crecí con 3 hermanos y sin duda los carritos de Hot Wheels; las bicicletas ‘’vagabundo’’; la muy solicitada ‘’Avalancha’’. Los juguetes de pilas eran japoneses, como el tren con sonidos, las patrullas con sirena y altavoz, los primeros robots, con luces intermitentes y voz, y los G.I. Joe, los hombres de acción”.
Como hoy, hace cincuenta años, las características de un juguete definían su éxito comercial. En la imagen se ve la famosa muñeca andante, que caminaba tomada de la mano. Otros detalles que incrementaban su valor era el cabello de nylon en peinados diferentes, los múltiples “vestiditos” y sus ojos movibles. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Uno de los juguetes más populares en México podría ser el vehículo llamado “avalancha”, en el que era posible soñar con la experiencia de conducir un auto de carreras. Este anuncio de 1970 promocionaba dos modelos, uno estándar y otro “de luxe” que incluía llantas de cara blanca, acabados en vinilo y hule y una llanta de refacción. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
A manera personal, recuerda que cuando encontró un radio AM portátil con la cara del payaso Bozo en el bazar de juguetes de Balderas y el Parque Tolsá, casi se le salieron las lágrimas ya que recordó cuando lo escuchaba en su camino a la secundaria. Su colección de juguetes la inició hace 20 años por el gusto de volver a tener los juguetes que alguna vez tuvo, aunque también la integran otro tipo de objetos que son de su agrado.
La coleccionista Laura Cruz y algunos de los juguetes que integran su colección. Además de juguetes es posible ver artículos como tazas, carteles y relojes despertadores. Cortesía Laura Cruz Serrano.
Su “ritual” cuando compra un juguete nuevo consiste en revisarlo a detalle, con tiempo y cuidado, por lo que utiliza cubrebocas, guantes y un exacto para abrir las cajas: “lo limpio con toallitas de cloro, y mientras lo hago le digo: “Bienvenida a tu nueva casa, aquí te encontrarás nuevos amigos”. Una vez afuera, Laura imagina a cuantas personas ese mismo juguete les ha traído alegría.
Comenta que entre los sitios a donde pudieran acudir tanto los coleccionistas como personas que busquen juguetes en específico se encuentran ferias, tianguis o bazares de juguetes, como el que está sobre Avenida Cuauhtémoc -a unos pasos de la colonia Roma-; aunque también están vendedores que se especializaron en un sólo personaje o un modelo de juguete, que rastrean a lo largo del país.
Muñecas, triciclos, máquinas de palomitas, carreolas, gokarts, patines o aviones. La variedad en el mercado de juguetes reafirmaba su oferta a finales de año. Algunas tiendas se preciaban de vender “hasta morir” la noche antes de Día de Reyes. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
Laura explica a El Universal que no existe un tabulador de precios o catálogo oficial para definir el valor monetario de un juguete antiguo o coleccionable; sin embargo, como cualquier otro bien, se ve influenciado por la oferta y la demanda. Muchas veces, se puede entrar a un proceso de regateo entre comprador y vendedor en aras de definir un precio justo con el que ambas partes estén de acuerdo.
Lo único que recomienda para aquellos que estén en la búsqueda de un juguete en específico es contar con toda la información posible y estar con “’las antenitas y el radar bien calibrado’’ ya que, de acuerdo a su experiencia, los juguetes aparecen cuando menos te lo esperas.
Uno de los conjuntos distintivos de la colección de Laura Cruz es el de las muñecas Betty Boop de tela, de las cuales es posible contar al menos 25 ejemplares distintos en tamaño y ropa. Cortesía Laura Cruz Serrano.
Para Antonio Lara, el segundo coleccionista de juguetes entrevistado por El Gran Diario de México, los juguetes podrían ser equiparados a una llave que abre no sólo la creatividad, sino también la capacidad de imaginar en niños y adultos, al mismo tiempo que provocan sonrisas y desencadenan recuerdos de momentos en los que se fue feliz.
“Pasada la infancia muchos de nosotros, los que nos llamamos “coleccionistas” nos proponemos recordar de nuevo y renovar esa mágica pasión con la misma fuerza que en nuestra niñez, pero ahora con capacidades diferentes que nos permiten llevar a una nueva dimensión nuestra capacidad de atesorar esos y muchos más sueños, y todo lo que desde niños nos hicieron únicos”.
Lo que para los "Reyes Magos" era regalar un carro de juguete, quizá para un niño era la oportunidad de soñar con la famosa "super fuerza" de personajes como Popeye el Marino, y por lo tanto la puerta a una creativa aventura. Cortesía Antonio Lara.
Al igual que Laura, comenta que para comprar un juguete en específico se requiere de información y estar alerta. En su caso, los grupos que se suelen crear en redes sociales le han llevado a encontrar juguetes en espléndidas condiciones, aunque con sus “detallitos”, ya que han pasado décadas desde que fueron elaborados.
Algunos juguetes destacan de inmediato entre el resto. En la colección de Toño Lara hay desde carros vintage con temática de época hasta carros alegres y pintorescos con personajes icónicos. Cortesía Antonio Lara.
Esa emoción se ve mezclada con la historia de quien está vendiendo el juguete: “llega el día y resulta que es una persona de nuestra misma edad, nos cuenta un poco de su historia, de cómo su abuela -quien le compró ese juguete, ahora transformado en tesoro- le permitía jugar con él solo por horas para luego regresarlo a la caja y ayudar así a preservarlo hasta hoy en condiciones casi originales”.
Su pasión por el coleccionismo lo ha llevado a crear “Historias de motores”, un canal de YouTube sobre coleccionismo de autos, motos y camiones de juguete y a escala, en el que participan muchos otros apasionados del tema. Entre las marcas de estos juguetes se encuentran Matchbox, Hot Wheels, Plastimarx, Ledy, Jugarama, Trujillo, Portillo y Lodela, entre otras.
En su canal "Historias de motores", Toño Lara difunde la historia y viva imagen de juguetes que él mismo llama auténticos tesoros, como estos carros hechos en México, que van desde camiones hasta un tranvía de lámina.Haz clic aquí para ir al video de Historias de Motores sobre "6 tesoros mexicanos".
Narra que el coleccionismo lleva a que nazca una comunidad entre las personas que comparten el amor e interés por ciertos objetos, en este caso juguetes, y que a pesar de que pasen los años, los juguetes, sean los que sean, siempre tendrán a personas que los recuerden con mucho cariño y es ahí donde nacerán las nuevas generaciones de coleccionistas.
Para él, una parte importante de la gente que colecciona juguetes antiguos, además de la nostalgia, tiene ganas de aprender, ya sea sobre la historia que llevó a la creación del juguete o sobre las marcas en sí, como las de juguetes mexicanos que fueron desapareciendo a través de los años.
A diferencia de los automóviles reales, los carros de juguete tienen cuentan con la ventaja de tener la libertad de incorporar diseños que desafiarían la realidad, tal y como lo hacen las caricaturas y películas que inspiran algunos de sus diseños. Cortesía Antonio Lara.
Dice que todos los y las coleccionistas están marcados por los años en los que fueron infantes, poniendo el ejemplo de la generación de los años noventa o dos miles, que podrían estar coleccionando carros hechos por Disney o de la franquicia “Rápido y Furioso”, en vez de lo que algunos coleccionistas de su edad buscan.
Su pasión por los carros nació desde que era muy pequeño y desde hace 46 años se convirtió en coleccionista y según su experiencia, la pasión actual por comprar y coleccionar juguetes se debe a que hay “una súper abundancia de juguetes en comparación con otros países, eso facilita comenzar a coleccionar”.
Con anuncios como este, marcas como Plastimarx y Jugarama invitaban a comprar autopistas “con maroma”, carros Jaguar a control remoto, locomotoras y juegos de té, en las páginas de El Gran Diario de México, en el año de 1970. Se aprecia el contraste de la evolución de la publicidad entre esa época en que un dibujo daba rienda suelta a la ilusión en la infancia y la actualidad, en que los comerciales en televisión e internet aprovechan al máximo la tecnología. Hemeroteca EL UNIVERSAL.
En cuanto a los precios, recomienda siempre revisar catálogos de tiendas -en caso de que existan-, libros o algún archivo editorial para buscar esa información .A él le han sido útiles los catálogos de subastas a las que ha asistido ya que los precios suelen estar fijos y ser menos especulativos que aquellos que luego ponen los vendedores de forma aleatoria.
A los interesados en iniciarse en el mundo del coleccionismo de juguetes antiguos, Toño aconseja que: “…todo se puede conseguir con paciencia, no compres piezas rotas o dañadas, compra solo piezas en las mejores condiciones, en sus cajas de ser posible. Define un presupuesto y participa de este hermoso hobby involucrando a tu familia en lo posible, ya que los juguetes son contenedores de historias”.
Automóviles de juguete que integran la colección de Toño Lara; destaca un tranvía que indica que va en camino a Xochimilco. Cortesía Antonio Lara.
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